aunque te escondas debajo de la tierra

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                                  AUNQUE TE ESCONDAS BAJO TIERRA

 

Con lo que yo hice por ella, chacho, pero te ha faltao de algo, chiquilla, la cubrí de oro, de vestidos, la tenía como una reina, le pagué hasta el carné de conducir, aunque luego nunca cogió un coche, la puta chalá aquella, total que to era mu bonito hasta mató a mi hijo, cuidate, Anita, hija, le decía yo, que vas a perder a la criatura, la criatura no se pierde, está ahí dentro, y, ¡ala!, se lanzaba de bomba a la piscina, dice me voy al pueblo con mi hermana, su hermana vivía en Siruela, en Badajoz, con un moraco, así que qué se podía esperar de ese pendón, me voy con mi hermana a recuperarme del aborto,  a recuperarse sí, a no parar de chingar con todos los moros del pueblo, la cacho puta, que con los españoles no tenía bastante, luego me llamó después del verano porque quería volver, y yo diciendo pa mis adentros qué hago qué no hago, la recogí otra vez, la recogí, sí, pero ya estaba escarmentao, la tenía barriendo y fregando y lavándome los calzoncillos mientras yo me iba de juerga todas las noches, cuando llegaba me la encontraba llorando, y qué te pasa, prima, es que un hombre no tiene derecho a  emborracharse libremente con sus amigos cuando le salga de los cojones, pa eso trabajo to el puto día como un burrico, que entonces estaba currando en la obra con mi hermano, me las vas a pagar todas juntas, pensaba yo, mala puta, que hasta estuve preso por tu culpa cuando le corté la oreja a tu padre, llego y la veo llorando en la calle sangrando por la nariz como una gorrina, digo qué te pasa, Anita, quien te ha pegao, tienes la nariz rota como un boxeador, digo dímelo ahora mismo, porque si son cosas de mujeres cada una que saque lo que pueda, pero si ha sio un hombre le corto una oreja ahora mismo al hijoputa que haya sio, dice ha sio mi padre, Toni, que le pega palizas a mi madre todos los días cuando se emborracha y en una de esas me ha dao un puñetazo a mí por defender a mi vieja, digo a tu madre que le pegue to lo que quiera, que pa eso es su mujer, ahí yo no me meto, pero a ti no te va a volver a tocar el pelo nunca más ese perro piejoso, así que agarré el jamonero y me fui a buscarlo, furioso pero templao, digo qué le has hecho a la Anita, cabronazo, cobarde, lo que le has hecho a la Anita házselo a un  hombre si tienes cojones, no te escondas detrás de la puerta, mariconazo, digo ahora vas a coger toda tu ropa, Anita, y te vas a venir conmigo, y dice el nota desde detrás de la puerta pero qué me vas a dar tú por ella, muerto de hambre, quinqui, que tu madre era una puta paya, que ni siquiera eres gitano de verdá, que no te quieren ni los payos ni te queremos los calós, que no tienes ni donde caerte muerto, y entonces fue cuando me dio una cosa así en la cabeza que tiré la puerta abajo de una patá y lo agarré por el cuello y le corté la oreja con el jamonero, que estuve un año preso, y cuando salí, la Anita, que se había ido a vivir con su hermana, me estaba esperando, no paraba de llorar, no sé si de alegría o de pena, total que con nuestras cosas en una mochila nos pusimos a dar vueltas por ahí pidiendo limosna y durmiendo en los portales o debajo un puente, hasta que un colega de Móstoles que se llamaba Camorra, me dijo mira, Toni, esos pisos de enfrente llevan vacíos más de un año, así que sin pensármelo dos veces cogí un mazo y hice un boquete y nos colamos dentro, allí estuvimos viviendo cuatro años, hasta que nos dieron un piso por la asistenta social, una mierda de piso que tenia hasta la cisterna del baño rota, que estos payos quieren to lo bueno pa ellos solos, ole, como yo estaba con la condicional no quería pringarme y empecé a ganarme la vida honradamente, algún trapicheo y algún palo que otro sí que daba, pa qué vamos mentir ahora, pa seguir entrenao más que na, pero cosa de poco, perico en los colegios y alguna tiendecilla de barrio con alguna viejecilla sola, una vecina que le gustaba yo porque se ponía desnuda en la terraza a tomar el sol, aunque no hiciese sol,  cuando sabía que yo la estaba mirando, me regaló una bici un día que fui a pedirle que me dejara la carretilla, digo pero si esta es la bici de tu chiaval, Pasión, dice mi chaval ya casi no la usa, llévatela tú que le vas a sacar más partido, digo pero si por esta bici te pueden dar hasta tres mil duros, mujer, dice quédatela tú Toni, y de esto y de lo otro no le digas nada a nadie, con la bici mi vida cambió, iba a los chinos del Cobo Calleja y compraba mecheros que luego vendía por ahí, cuando hacía buen tiempo cogía los caminos y llegaba casi hasta Extremadura, cuando me pillaba la noche paraba en cualquier descampao o buscaba una turní y me tumbaba en un cartón que llevaba enrollao en el soporte y a dormir se ha dicho, luego un día cogí una matipén de muerte y perdí un pedal, no sé que pasó con el puto pedal de los cojones, yo creo que ya estaba flojo cuando me dio la bicicleta la puta asquerosa aquella, tenía que subir las cuestas con un solo pedal, así que me dije ay jambo qué duro es esto del ciclismo, a tomar por culo, y tiré la puta bici por un barranco, dije pa qué quiero yo una bici si puedo tener to los bugas que quiera, es que me he vuelto gilipollas de repente o qué, y cuando volví a mi keli la puta de la Anamari se había ido otra vez, había sacao to el parné de la libreta, casi un millón de los de entonces, y me dejó la mitad del dinero en un sobre en la mesita de noche con una nota que me dijo mi hermano que ponía que se volvía otra vez a Extremadura con su hermana y que me quería pero que había conocido a un moro que se llamaba Rachid que le gustaba más que yo, entonces me volví loco de remate, chacho, y me fui a por ella con un amoto muy guapo que le robé a un nota que estaba repartiendo paquetes, digo aunque te escondas debajo de la tierra voy a ir a por ti, mala puta, de Toni Cruz no se ríe nadie, así que pensando la mato o no la mato entré en el pueblo a toa ostia, a media tarde sería, buscándola ciego de rabia por donde me habían dicho que andaba, hasta que la vi subía en un borrico de madera blanqueando con otras mujeres la casa del cura, sin decir na y sin parar la bultaco la agarré por la cintura y la puse atravesá en el depósito de la gasolina y salí con ella de najas por más patás que diera y por más que gritara y mordiera la mala puta aquella, las otras mujeres se quedaron mudas, y mirándome así como liebres deslumbrás, luego la puta de la Anamari  se fue calmando, y parece ser, chacho, que aquello le gustó porque luego en la keli se puso más tierna que una vaca, yo no sé si pa que no la matara o qué, decía ahora sé que me quieres, Toni, sabía que ibas a venir a por mí, pensé to las mujeres están chalás perdías, coño, no hay quien las entienda, sí, sí, te quiero, igual que querías tú a mi hijo cuando te tirabas de bomba a la piscina, cacho puta, pero ella no sabía que yo estaba liao con otra gachí desde hacía tiempo, un rollo mu bonito, chacho, que luego se acabó cuando el marido se vino a buscarla desde Guinea, y la puta de la Anita que vuelve a hacerme de las suyas, la muy puta hasta me puso una denuncia falsa porque decía que yo le había dao un bofetón, digo un bofetón, so zorra, digo yo si me pongo te maro como a una mosca, mala puta, que lo único que buscas es arruinarme la vida, y ya ves tú que si me la arruinó, chacho, que cuando me dejó la última vez  estuve más de dos años desesperao perdío, que no parecía ni un hombre, que una vez vi a una tía que se parecía a ella cruzando un semáforo y me fui con el buga derecho a por ella que si no llega a tirar las bolsas del carrefur no la salva ni dios, no podía dormir por las noches, unas veces la chavola me parecía una nave así gigante  y yo mu pequeño y otras veces me parecía más pequeña que un ataúl, que no podía ni respirar, me quería ahorcar, la imaginaba con otro, con el nota ese del Kokimbo y parecía ser que se me abrían las carnes y la sangre me hervía y me salía humo de sangre por los ojos, miraba a mi alrededor y me sentía más solo que un perro sin amo, lleno de miedo, sin esperanza, que no encontraba alegría ni en la droga, ni en las lumis, ni en el alcohol ni en los atracos ni en la familia ni en na, hay que seguir viviendo, jambo, me decía mi hermano Deo cuando me veía así con la mirada perdía y desanimao como un muerto sin sepultar, decía ahora vamos a ir yo y tú a dar un palo en una farmacia y después yo y tú nos vamos a Torrero a ver a padre, digo seguir viviendo, chacho, yo ya no sé lo que es vivir desde que esa mala puta me dejó, el día menos pensao me mato con el coche o me pego un tiro o se lo pego a alguien que no tenga culpa de na, me cago en sus malos muertos!.

 

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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This page contains a single entry by calipsopapeleria published on May 13, 2011 6:18 PM.

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