ENCUENTRO CASUAL
No vayas a pensar que te vine siguiendo,
para no haberte alcanzado nunca
ya te seguí durante demasiado tiempo.
Yo sólo entré a refugiarme de la lluvia,
no miré hacia ese lado
donde tu belleza sigue ardiendo.
Así que no finjas que no me has visto,
mientras hablas y ríes nerviosa con tus compañeros.
Tus manos siguen siendo palomas, por cierto.
En cuanto escampe un poco me voy,
pero déjame un momento
porque vengo aterido y empapado como un perro.
Ya veo que te has integrado perfectamente en la vida,
mientras yo me abría las venas cada noche
con el filo de tu recuerdo.
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