DIME, vieja, ¿qué haces todavía en esta orilla del río?
Vieja como un viejo libro que ya nadie lee,
como un oscuro callejón por donde nadie pasa,
vieja como el interior podrido de un sarcófago,
como los muertos enterrados en el fondo de la tierra,
mientras bajo el sol se abren los almendros,
crece la hierba y la belleza procrea y baila.
Vieja como una silla carcomida,
como un viejo recuerdo entre los trastos de la memoria,
como un río cansado a la orilla del mar,
vieja como carne acecinada.
Mira, vieja, esas jóvenes muchachas
cuyas carnes tiemblan como hojas verdes en las ramas.
Vieja oxidada como chatarra en un rincón del patio,
polvorienta como una tumba abandonada.
Te acaricia el sol de la tarde,
y sientes , pese a todo, vieja, que la vida aún te ama.
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