PERO qué andas buscando, teta cortada,
husmeando como una perra por los bares de madrugada.
Meando por las esquinas, vomitando en los callejones,
risión de atrabiliarios borrachos y trasnochados macarras.
Acartonado putón verbenero, gritando psicótica al mundo
con tu boquita de carmín, semen y babas.
Con tus pellejos colgando, espatarrada de patas,
das saltos por la pista de baile
contorsionándote como una cabra,
haciendo volar por el aire los jirones de tu mortaja,
mostrando el triste espectáculo de tus nalgas arrugadas
Es que no te das cuenta, teta injertada,
de que ni la muerte te quiso, diva jorobada.
Anda, que ya son las doce, cenicienta menopáusica,
y no cabe en un pie tan grande ese zapatito de muchacha.
Mira, entérate de una vez, fealdad embadurnada,
ninguno de estos sapos es un príncipe azul
ni tú serás nunca una princesa encantada.
Aquí no hay más encantamiento
que el ser desde hace mucho tiempo
carroza tu calabaza.
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