EL GEN DE LA VIDA
Pero nunca dijiste me rindo
por más que rodaras una y otra vez pendiente abajo.
Jamás abandonaste tu piedra al borde del camino
para buscar la fresca sombra de un árbol.
Es resbaladiza la montaña del amor,
pero también es grande la montaña de trigo
que una hormiga mueve grano a grano.
Y es dura la roca que gota a gota el agua va erosionando,
igual que segundo a segundo el tiempo erosiona la eternidad.
Tú eres Sísifo, aquel que, aun sin alcanzar la cumbre,
más alto subió entre los mortales.
Hay quien considera victorias todas aquellas veces que,
ajeno a las carcajadas de los dioses, y casi sin aliento,
de nuevo lo intentaste.
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